viernes, 13 de diciembre de 2013

Esta tarde

El libro que se cierra cada tarde
y encierra en sus adentros la ficción
genera este chispazo con que arde
mi falsa, hasta siniestra decisión.

El maestro puede ser donde se guarde
la parte ingobernable, la pulsión,
el miedo de sentir que ya es muy tarde
o el miedo de ponerme solución.

¿Por eso escribo poco? ¿por el miedo
de hacer o no haber hecho cuanto pude?
¿de leer que me señale el propio dedo?
pues ¿quién a su persona propia elude?
¿Si escribo es por que al menos en mi enredo
consigo que mi juicio calle y dude?


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